Alquilar viviendas de nuestra propiedad, a pesar de tener numerosos beneficios, también acarrear ciertos inconvenientes, de los cuales podemos destacar discusiones con el vecindario, destrozos de distinta índole en la vivienda, pero el que más suele preocupar a los propietarios: los impagos de las mensualidades acordadas.
La situación de impagos o problemas en el alquiler, por desgracia, está a la orden del día en nuestra actualidad.
Los arrendadores suelen pensar que las leyes amparan o benefician a aquellos incumplidores, pero ello no es cierto. Si te encuentras en una situación complicada con tus inquilinos, en este artículo te daremos estrategias y consejos para abordar tus problemas de la mejor manera.
En Asepyme, despacho de abogados en Valencia, tenemos más de 35 años de experiencia en este tipo de casos.
En caso de impagos o problemas en el alquiler, es importante tomar medidas legales para proteger tus derechos como propietario, pero más importante es intentar solucionar dichos conflictos de manera extrajudicial, lo que nos ahorrará tiempo y dinero.
La clave se encuentra en negociar en un primer momento de forma clara y transparente, así como establecer las pautas de cómo, cuándo y de cuánto han de ser los pagos por cada mensualidad, siendo también muy importante pautar cuáles serán las consecuencias en caso de incumplimiento.
Ello se consigue con la confección de un contrato claro, personalizado y acorde a las leyes vigentes del momento, evitando acudir a los modelos que nos ofrece Internet, los cuales suelen estar dirigidos a una pluralidad de personas y estar desfasados con las legislaciones hoy existentes.
Además, establecer medidas preventivas, como pueden ser solicitar documentación que garantice la solvencia del inquilino, establecer avales, etc., evitará problemas futuros.
Si a pesar de ello nos encontramos con conflictos con nuestros arrendatarios, ya sean impagos o retrasos, es recomendable conversar con ellos para entender los motivos existentes detrás de estos y buscar una solución acorde para ambas partes. La comunicación abierta y honesta, siendo firme, pero comprensivo, puede ayudar a alcanzar un acuerdo satisfactorio para todos.
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