El 12 de julio de 2024, la Unión Europea dio un paso significativo en la regulación de la inteligencia artificial (IA) con la publicación de un Reglamento en el Diario Oficial de la Unión Europea.
Este reglamento, esperado desde hace tiempo, establece un marco normativo riguroso para la implementación y uso de sistemas de IA, con el objetivo de mitigar riesgos y promover una adopción responsable y centrada en el ser humano.
En este artículo, analizamos las principales disposiciones del reglamento y sus implicaciones para el sector legal.
El principal objetivo del Reglamento es doble: mejorar el funcionamiento del mercado interior y promover una inteligencia artificial fiable y centrada en el ser humano. Para lograr esto, el reglamento impone una serie de obligaciones diseñadas para garantizar un alto nivel de protección de la salud, la seguridad y los derechos fundamentales, incluyendo la democracia, el Estado de Derecho y la protección del medio ambiente.
El reglamento entrará en vigor 20 días después de su publicación, con una aplicación escalonada que se extiende hasta 2027:
Al tratarse de un reglamento, es directamente aplicable en todos los Estados miembros sin necesidad de transposición a las legislaciones nacionales.
El Reglamento define un “sistema de IA” como un sistema basado en una máquina diseñado para operar con distintos niveles de autonomía. Este sistema puede mostrar capacidad de adaptación tras el despliegue y, para objetivos explícitos o implícitos, inferir de la información de entrada la manera de generar resultados de salida, tales como predicciones, contenidos, recomendaciones o decisiones.
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