Asesoria & Asesores Fiscales

El martes 29 de octubre tuvo lugar en la Península Ibérica una DANA (Depresión Aislada en Niveles Altos) que ha provocado inundaciones en decenas de municipios, con carreteras y vías cortadas, viviendas y negocios arrasados, así como enseres particulares y todo tipo de infraestructuras, tanto públicas como privadas destruidos.

Tras varios avisos de la AEMET, finalmente las tormentas más fuertes se vivieron en las comunidades autónomas de Comunidad Valenciana, Castilla-La Mancha, Andalucía, Cataluña y, en menor medida, Islas Baleares y Aragón siendo la Comunidad Valenciana la más afectada de todas.

La DANA conocida popularmente como gota fría, es un fenómeno meteorológico que genera intensas lluvias y tormentas, provocando inundaciones y alterando gravemente la vida cotidiana en las regiones afectadas. La DANA (según la Cámara de Comercio de Valencia) ha afectado de manera severa a 65 municipios valencianos en los cuales se ubican 54.289 empresas (una de cada tres empresas de la provincia), 123 parques empresariales, polígonos industriales y residen más de 354.000 trabajadores. Los efectos de la DANA han afectado a todo tipo de actividades económicas, desde las agrícolas hasta las industriales y de servicios.


A continuación, procedemos a enumerar algunas de las diferentes casuísticas sobre las que se pueden ver afectados los estados financieros de cualquier empresa que haya sufrido directamente las consecuencias de este suceso climático:


1. Impacto en los activos.

  • Daños en el inmovilizado material: Las inundaciones y tormentas asociadas a una DANA suelen causar daños severos en infraestructura, maquinaria, edificios, equipos informáticos y vehículos. Esto se reflejará en un deterioro de valor de los activos en el balance de las empresas afectadas.
  • Existencias deterioradas: Las inundaciones pueden destruir inventarios, lo que afectará tanto el valor de los inventarios registrados en los estados financieros como la capacidad de la organización para seguir operando a corto plazo. La valoración de las existencias debe reflejar su valor neto de realización (el precio de venta estimado menos los costes de venta) y ajustarse a las pérdidas por deterioro. La provisión por deterioro de existencias debe registrarse si se espera que los productos tengan que ser vendidos por debajo de su precio de coste e incluso darse de baja del balance si se estima que no son recuperables.

2. Gastos extraordinarios y costes operativos.

  • Gastos de reparación y recuperación: Las empresas deberán registrar gastos extraordinarios relacionados con la reparación de instalaciones y equipos dañados. Esto incluye el coste de la limpieza, restauración de la infraestructura, así como el reemplazo de materiales y productos dañados.

3. Impacto en los Ingresos

  • Pérdida de ingresos por cierre de actividades: Las empresas se han visto obligadas a interrumpir su actividad, así como la cadena de suministros, lo que afectará directamente a los ingresos de las empresas afectadas. Las ventas van a experimentar una caída del volumen, y la demanda de productos o servicios puede verse reducida a corto plazo, especialmente si la infraestructura clave de la región se ve comprometida.

4. Impacto en el flujo de caja

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Fiscalidad general