Si eres autónomo y tu negocio está incrementando su volumen de facturación es posible que te estés planteando cuándo es el momento de constituir una Sociedad Limitada.
La sociedad limitada es una figura mercantil utilizada por pequeños empresarios que desean limitar la responsabilidad civil de sus acciones empresariales. Bajo la S.L., los socios solo responden ante las deudas con el capital aportado.
Cuando los Beneficios anuales son superiores a 40.000 € es recomendable constituir la Sociedad Limitada para reducir la carga fiscal. Siendo autónomo se puede tributar por un 52-56% a medida que se obtienen ingresos altos mientras que bajo la figura de sociedad limitada se tributaria entre un 15-28%.
Otra causa común para tomar esta decisión es la protección del patrimonio personal. Siendo autónomo, existe una desprotección en este aspecto. Ante una deuda podrán embargar tus bienes personales. Por el contrario, la S.L. limita la responsabilidad de cada socio al capital social aportado. Es decir, si aportas 3.000€, ante una deuda solo responderás con esa cuantía. Sin embargo, el administrador de la sociedad sí tendrá responsabilidad ante las deudas de la empresa, pudiendo repercutir en su patrimonio personal.
La facilidad para trabajar con grandes empresas también es un factor a tener en cuenta. Si quieres colaborar con grandes compañías, te verás obligado a constituirte como empresa pues las multinacionales sólo subcontratan a sociedades. Por otro lado, si tienes que contratar empleados, como empresa cuentas con deducciones en el Impuesto de Sociedades.
Además, otro factor que motiva la constitución de la sociedad limitada es el acceso a financiación, tanto pública como privada. Las administraciones y los bancos tienen una mayor oferta financiera para las empresas.
Estas son las principales causas por las que se suele fundar una S.L. Sin embargo, para conocer la conveniencia de constituir una sociedad limitada o seguir siendo autónomo habrá que estudiar en profundidad cada caso concreto.