El protocolo contra acoso sexual y por razón de sexo, es una herramienta útil para las empresas y organizaciones, independientemente de su tamaño, y además están obligadas a facilitar la erradicación del acoso y contribuir a la mejora de la calidad del trabajo y la salud de las personas trabajadoras.
Alcanzar entornos de trabajo productivos, seguros y respetuosos para todas las personas y combatir cualquier tipo de discriminación debe ser una prioridad y un compromiso activo y explícito de cualquier empresa.
Con el protocolo contra acoso sexual y por razón de sexo las empresas manifiestan su compromiso por alcanzar espacios de trabajo seguros, así como unas relaciones laborales basadas en la libertad y el respeto entre las personas. Asimismo, a través del protocolo, la empresa manifiesta el compromiso de tolerancia cero ante el acoso y una desaprobación clara y rotunda de conductas y actitudes ofensivas, discriminatorias y/o abusivas.
Si en su empresa hubiera representación legal de las personas trabajadoras, el protocolo debería negociarse con sus representantes.
Uno de los objetivos del protocolo debe ser informar, formar y sensibilizar a todo el personal en materia de acoso sexual y por razón de sexo. Para implementarlo es necesaria la implicación de todas las personas, de forma colectiva e individual.
El Protocolo es de aplicación a todas las personas trabajadoras de la empresa en su entorno laboral y teniendo en cuenta que los límites del entorno laboral no son determinados ni por el lugar físico ni por la jornada laboral ni por la forma de vinculación jurídica con la empresa.
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