La mejora de la imposición sobre las ganancias patrimoniales es una de las medidas que sirven para estimular la economía española en su salida de la crisis. De hecho, el pasado 1 de enero el gobierno la ha reducido del 27% al 24%.
UHY ha obtenido información sobre los regímenes fiscales de 25 países para comparar la carga tributaria que soporta un inversor en una “start up” de pequeño o mediano tamaño, cuando vende su participación en la empresa, tomando como base una inversión inicial de unos 780.000€ y la venta de la participación por 7’8 o 39 millones de euros.
España paga menos impuestos que la media de los países del G7, establecida en un 25.4%, pero aún queda muy lejos en comparación con los países BRIC, cuya media está en el 14,7%, mientras que la media global, establecida en el 18’1% queda muy por debajo con unas diferencias de casi un 10% y un 6%, respectivamente.
Los profesionales consultados en UHY comentan que reducir la diferencia entre la carga tributaria que se soporta en España y la media global ayudaría a contar con un tejido empresarial más dinámico y a posicionar el país en el mapa global como un destino atractivo donde emprender un negocio.
Asimismo, los expertos de UHY explican que un tipo de gravamen sobre las ganancias patrimoniales moderado, sobre todo en cuanto a las ventas de participaciones en empresas de nueva creación realizadas por inversores, ayuda a compensar el riesgo económico que implica la creación, desarrollo y expansión de un negocio. Supone un incentivo, en cuanto no se penaliza una futura desinversión, para aumentar la inversión en la empresa, que ésta siga creciendo y se cree más empleo; en lugar de invitar al empresario a no crecer y mantener un negocio pequeño, con pocos trabajadores y menor riesgo.
En UHY añaden que en China –donde el Ministerio de Comercio estima que el tejido empresarial privado es responsable del 75% de la creación de empleo anual y del 68% de las exportaciones-, se incentiva a los emprendedores con una tributación de las ganancias patrimoniales muy inferior a la media global. Algunas economías más pequeñas, como Nueva Zelanda, Jamaica, Nigeria y Croacia, intentan apoyar a los emprendedores mediante la eliminación de este impuesto en la mayoría de los casos.
Álvaro Villar, socio de UHY Fay & Co en Marbella, comenta: “Es cierto que los empresarios españoles pagan más impuestos que la media global si crean una empresa de éxito y luego la venden pero, en comparación con los países del G7, pagan menos. Además, la disminución en enero de la carga tributaria sobre estas rentas es un paso en la dirección adecuada que debiera ser acompañado de otras medidas que permitan revitalizar la economía del país”.
“Desde mi punto de vista, lo que resulta preocupante es que las economías emergentes y los países de Europa del Este se están convirtiendo en destinos más atractivos para emprender un negocio. El ambiente empresarial ha mejorado, ofrecen un pool de afluencia de consumidores que va en crecimiento, cuentan con profesionales cada vez más cualificados y, fiscalmente, son mucho menos costosos. “
“Los empresarios que son capaces de convertir un pequeño negocio en una empresa sólida deberían ser recompensados cuando deciden venderla. Si la tributación sobre las ganancias patrimoniales es excesiva, el empresario puede pensar en instalar su empresa en otro sitio, destinar más recursos a perseguir fórmulas de optimización de la carga fiscal en lugar de a la inversión prevista, o enfocarse más a maximizar su enriquecimiento personal en lugar de centrarse en el crecimiento de la empresa”.
El estudio ha partido de la situación de un empresario residente, único inversor y socio de la empresa, que no se ha podido acoger a ningún régimen compensatorio, como el que pueda existir para la empresas de I+D+i, o las deducciones previstas para los “business angels” (en este caso por lo reducido de su importe).
*con una ganancia de 38M€ basada en una inversión inicial de 780.000€
**con una ganancia de 7M€ basada en una inversión inicial de 780.000€