Asesoria & Asesores Fiscales

Dos recientes titulares en prensa alusivos al coste fiscal de las herencias coincidían en el mismo sentido: «Los elevados impuestos y las deudas casi triplican las renuncias a las herencias» y «Problemas e injusticias por los impuestos al heredar? que aprovecha la Administración». Unas 360.000 herencias se firmaron en España durante 2014, de las que 34.320 herederos desistieron de los bienes familiares que les correspondían, un 19% más que en 2013 y el doble que al inicio de la crisis en 2008. ¿Y cuáles son los motivos que esgrimen? Las deudas de los fallecidos y la carga que supone el Impuesto sobre Sucesiones y Donaciones.

Me centraré en este segundo argumento. El Impuesto sobre Sucesiones grava las transmisiones lucrativas mortis-causa, siendo un tributo que gestionan las comunidades autónomas, lo que ha provocado una normativa dispersa y discriminatoria. Sólo hay que leer la reciente sentencia de 18 de marzo, por la que nuestro Alto Tribunal declara inconstitucional una parte de la normativa valenciana relativa al Impuesto sobre Sucesiones, precisamente por discriminar.

Las previsiones para este impuesto no son halagüeñas, ni desde el punto de vista estatal, ni desde el autonómico. El informe Lagares, presidente del comité de expertos que asesoró al ministro Montoro en la reforma fiscal, instaba en relación a este impuesto a suprimir las reducciones empresariales, fijar un mínimo exento y establecer una escala de gravamen en función del grado de parentesco, de entre el 3 y el 12%, mínima, que no máxima, para las autonomías.

En la Comunidad de Madrid, –paradigma del ahorro fiscal en Sucesiones, Donaciones y Patrimonio–, esta posibilidad supondría una subida considerable de tales impuestos. De ahí el aluvión de donaciones en dicha comunidad en las últimas fechas.

¿Y qué ocurrirá en la Comunidad Valenciana? El gobierno valenciano, de color azul, ya subió estos impuestos en agosto de 2013, al recortar la bonificación existente del 99% al 75%. Con ello logró recaudar al año siguiente un 10% más por herencias.

Con esos antecedentes, ¿qué esperamos del gobierno tricolor actual? Reseño textualmente lo apuntado en los programas de los partidos que conforman el nuevo Consell, textos muy aclaratorios: «Exigir un mayor esfuerzo a los receptores de grandes herencias y donaciones», «Recuperación del Impuesto de Sucesiones y Donaciones para grandes cantidades», «Incremento en la progresividad del impuesto sobre sucesiones y donaciones».

Únicamente queda una cuestión por dilucidar: ¿a partir de qué importes hablamos de grandes patrimonios, herencias y grandes cantidades? Ese es el quid de la cuestión. Podemos señala en su programa, como medida relativa al IRPF, el subir los tipos a partir de rentas superiores a 50.000 euros ¿Eso significa que rentas altas se considerarán a partir de dicho importe? La solución, probablemente, comience a aparecer tras las elecciones generales.

Carlos Alarcia