Asesoria & Asesores Fiscales

En un mundo globalizado, con una competencia feroz y márgenes de beneficio a menudo escasos, las empresas centran sus esfuerzos en la búsqueda de nuevos mercados, el recorte de gastos o la prestación de nuevos servicios. Pero, en esta búsqueda por diferenciarse ante un mismo segmento de mercado, pocas empresas se centran en la mejora de la productividad como clave y valor añadido.

Ciertamente ser más productivos no es fácil. De hecho, es una de las cuestiones que más aparecen y critican cuando se analiza la realidad empresarial española y se compara con otras organizaciones semejantes del continente europeo tanto a nivel de Empresas, Pymes o autónomos.

La productividad de cualquier empresa requiere de un análisis detenido y puede depender de múltiples factores: clima laboral, perfiles de los trabajadores, optimización de los procesos productivos,  utilización de las nuevas tecnologías, mejoras en la gestión de los recursos materiales y humanos, la coyuntura económica, el estado de madurez del mercado, etc.

Entre las recetas más habituales para suplir la falta de productividad los expertos citan la adopción de una gestión centralizada de datos y recursos que permita ahorrar costes; acometer una transformación digital para gestionar mejor el negocio superando limitaciones de espacio y tiempo (En este sentido,  Internet y los Smartphones han abierto un nuevo universo de oportunidades) y familiarizarse con la innovación y desarrollos tecnológicos más importantes. En este último punto, la clave es hacer de la tecnología nuestro mejor aliado, pero sin estar subordinados a la misma para impedir que nos llegue a dominar o sobrepasar.

También es fundamental pensar en global y actuar en consecuencia. Traducido, equivale a fomentar actitudes y aptitudes dentro de la empresa para ser productivos en un mundo globalizado: nuevos mercados, e-commerce, redes sociales, participar de estrategias de networking, analizar a la competencia, búsqueda y apuesta por los talentos, etc.

Durante el 2016, que se espera sea una año expansivo en lo que a alta de autónomos y constitución de sociedades se refiere, tener una visión estratégica y pensar en global serán los retos determinantes que cualquier emprendedor deberá desarrollar.

Ser Open Mind, es decir, tener la mente abierta. Hay que compartir conocimientos, preguntar y recibir ideas de todos los actores y públicos que tienen relación con nuestra empresa (trabajadores, proveedores, clientes, accionistas, profesionales...), fomentar un networking inteligente, incentivar el trabajo colaborativo entre los mandos intermedios y superiores…en suma, recordar que el conocimiento que se comparte, crece.

De igual forma es necesario motivar a nuestros trabajadores. Y no sólo nos referimos a gratificaciones económicas, que de forma puntual y siguiendo criterios transparentes y determinados previamente puedan dar resultado, sino incidir en otros aspectos igual o más importantes como son facilitar la conciliación laboral y familiar (flexibilidad de horarios, permitir el trabajo desde casa, dar facilidades a la hora de coger permisos o planificar las vacaciones….), apostar por la promoción laboral para motivarles e incrementar su rendimiento e implicar a los trabajadores en la dinámica y decisiones de la empresa (preguntando, escuchando y considerando sus propuestas y sugerencias…). En definitiva, motivar a los trabajadores y hacerles sentir como parte esencial de la organización.

Y, por último, pensar en clave de futuro. Se requiere flexibilidad, pivotar hacia donde haya una oportunidad, detectar un nicho de mercado. Hay que tratar de anticiparse para mejorar la empresa y avanzar con garantías hacia el futuro. Para ello se deben tomar decisiones valientes que constituyan firmes apuestas en clave de competitividad.

Categoria

Fiscalidad general