Asesoria & Asesores Fiscales

Para conocer qué tipos de contribuyentes existen, lo primero que debemos ser capaces de es de definir qué es un contribuyente.

Definición de contribuyente

Conocemos por este término a la persona física o jurídica que se encarga de pagar un tributo o un impuesto. Se trata de la persona que debe cumplir las obligaciones legales y soportar la carga económica que suponga.

Tipos de contribuciones

Aquí también tenemos que diferenciar entre los tres tipos de contribuciones que existen. Por una parte, tenemos las tasas, por otra las contribuciones especiales y, por último, los impuestos. En España, hay un órgano gestor que se encarga de todos los impuestos, la Agencia Tributaria.

Para saber qué tipos de contribuyentes nos podemos encontrar, debemos ser capaces de diferenciar entre sujeto pasivo y contribuyente.

Diferencias entre sujeto pasivo y contribuyente

Aunque se suele decir que el sujeto pasivo y el contribuyente son dos tipos diferentes de contribuyentes, hay algunos matices que realizar. Como ya hemos comentado, el contribuyente es la persona física o jurídica que tiene la carga económica del impuesto.

El sujeto pasivo, por su parte, es quién está obligado a realizar los trámites de pago a Hacienda. De forma habitual, en impuestos como el IRPF, ambas figuras corresponden a la misma persona. Es decir, el sujeto pasivo y el contribuyente coinciden.

Sin embargo, excepcionalmente, estas figuras pueden variar. Un ejemplo muy claro de esto es el pago del Impuesto sobre el valor añadido (IVA). En este caso, aunque la carga económica del impuesto (contribuyente) corresponde al consumidor de un producto o servicio, es el profesional o su empresa la que está obligada a realizar el pago del mismo, es decir, el trámite (contribuyente).

Impuestos directos e Impuestos indirectos

Para seguir profundizando sobre los tipos de contribuyentes, tenemos que hablar del pago de impuestos directos e indirectos. De la misma forma que un mismo contribuyente puede ser contribuyente y sujeto pasivo a la vez, también puede pagar, en momentos diferentes tanto impuestos directos como indirectos.

Los impuestos directos son aquellos que gravan la propia riqueza. Dependiendo de la riqueza que generemos o recibamos, tendremos que pagar a las arcas públicas un porcentaje determinado.

Dentro de los impuestos directos más importantes tenemos que señalar el IRPF o Impuesto sobre la Renta de las Personas Físicas, donde se gravan los rendimientos del trabajo, actividades económicas, del capital mobiliario e inmobiliario, así como las ganancias patrimoniales.

Los impuestos sobre sucesiones y donaciones o el impuesto de sociedades son otros ejemplos de impuestos directos.

Por otra parte, encontramos los impuestos indirectos que gravan de forma igualitaria a toda la población. No tienen en cuenta la capacidad económica del contribuyente.

Un ejemplo de este tipo de impuestos que ya hemos mencionado sería el IVA. El porcentaje de IVA que paguemos depende del tipo de producto que se vaya a adquirir, no de la capacidad económica que tengamos como contribuyentes. También podemos situar en los impuestos indirectos los gravámenes especiales a los hidrocarburos o el alcohol, así como el Impuesto de Actos Jurídicos Documentados o el de trasmisiones patrimoniales.